viernes, 26 de octubre de 2007

La paradoja del paraíso y el engaño de Dios.

Un refrito de una poco inspiradora clase de Ideas I...

Considere que usted vive en un mundo donde el tiempo que usted vive es infinito o tiende a infinito; usted no puede morir de ninguna manera.

Considere entonces que una persona mal intencionada le indica que lo único que se le prohíbe en ese mundo es comer una manzana.

Ahora, imagine que la curiosidad para probar esa manzana es muy muy pequeñita, casi insignificante, pero aumenta con el paso del tiempo.

No queda sino hacer una multiplicación sencilla:

P(probar la manzana) = curiosidad x tiempo

La mujer no tuvo la culpa, todos fuimos engañados.

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